Ayer, en conferencia de prensa, Ricardo La Volpe adelantó cómo renunciaría a la dirigencia de la selección nacional en caso de fracasar en la Copa Oro. Según él, este torneo es la mejor oportunidad para evaluar sus ocho meses de trabajo con la tricolor y determinar si los jugadores estaban asimilando sus enseñanzas, y de no ser así... "no se preocupen. Cuando volvemos de la Copa de Oro: gracias por todo, un saludo y estoy en otra parte".
Que yo recuerde, esta sería la primera vez que vería a un entrenador renunciar a la selección de Costa Rica. O don Ricardo tiene otras buenas ofertas o no se siente nada bien en el país, pues a diferencia de Hernán Medford, por ejemplo, que por más mal que le fuera hace tres años defendió su puesto hasta más no poder, él deja listas sus maletas antes de partir a la Copa Oro.
Pero también hay que considerar que este debe de ser el técnico con más presión por ganar este certamen que haya tenido Costa Rica pues ya antes hemos escuchado a otros, en complicidad con la prensa, decir que el objetivo es ganar tal o cual torneo, pero nunca poniendo el puesto como garantía. De modo que esta vez, al escuchar que vamos a ir a ganar la Copa Oro no debemos entenderlo como mera retórica como cuando el mismo Medford decía que su cometido para Sudáfrica 2010 era ser campeón mundial.
A fin de cuentas creo que muchos estrategas nacionales serían más entusiastas que don Ricardo devengando un cuarto de su salario.