Antier, empezando no más, me entró una solicitud de viaje ida y vuelta de la parte este de Tirrases a una zona que llaman Reina, en Hatillo 1. Yo ya había llevado antes a un mae a ese punto para que comprara droga pero, como era en la mañana, acepté sin reparos.

Al llegar al punto de encuentro, me hicieron esperar cuatro minutos antes de montarse dos chapulines jóvenes y partimos. El que se sentó adelante me pidió que compartiera mi internet y cuando terminó de hacer algo con su teléfono, sin pedir permiso, quitó mi permanente Best FM y teminó poniendo una estación de Reguetón.

Cuando llegamos y estacionamos en el lugar clave se acercó un mae en bici y el de adelante le dio como siete mil colones y yo pensé sin malicia que iban a a pagar casi la misma cantidad por el viaje y por la droga. Esperamos otros cinco minutos hasta que apareció el ciclista con cuatro puros enrolados y algo más que no reconocí, e inmediatamente empezamos el regreso. En todo el viaje no hablaron nada estre sí, pero tampoco eso me pareció sospechoso.

Cuando llegamos a Tirra centro el de adelante me dijo que necesitaban pasar a otro lugar en el lado opuesto antes de llegar al destino. Se bajaron y me dijo que tardarían unos cinco minutos y se fueron por una callejuela intransitable pero después de un cigarro y varios minutos más me percaté de que probablente se habían escabullido por los recovecos del otrora precario.

Menos mal que la plataforma tiene una herramienta para procesar casos como ese automáticamente, y al finalizar de usarla se agregó a mi balance lo que habría ganado más cuatro mil colones de premio por haber usado bien la aplicación.