Plantas de tabaco

Yo fumo con mucho placer y me preocupa la ley antitabaco que se discute actualmente en la asamblea legislativa. No descarto ni doy por hecho que me vaya a morir de cáncer de pulmón o de cualquier otra consecuencia de mi hábito pero aún así quiero defenderlo.

He considerado las quejas del fumador pasivo, sin embargo yo siempre he preferido fumar donde el humo de mi cigarro no moleste a nadie. Donde sea prohibido, yo simplemente no voy, así que por mí pueden prohibirlo donde les dé la gana. Lo que sí me afecta son los impuestos que contempla el mentado proyecto de ley y adónde van a parar las voces que gritan que no hacen falta más impuestos, sino una mejor fiscalización y detener el despilfarro de los fondos públicos.

Parece que la excusa principal de los que promueven esta ley es el gasto en que incurre la CCSS en el tratamiento de las enfermedades derivadas del cigarrillo. Pues bien, yo he contribuido a la caja ya con no sé cuántas cuotas y casi nunca he demandado sus servicios en mis 37 años. De modo que esta razón me parece solo un disfraz...

Sé que por detrás hay una gran presión internacional para unirse a la guerra contra el tabaco pero no sé en verdad a qué obedece. Europa y Estados Unidos, como podemos ver, no son el ejemplo a seguir, y lo que me imagino es que todo se debe a la envidia de los que no tienen en la vida un goce tan trivial por el cual morir.