En el año 2005, en su calidad de Coordinador de la Comisión Nacional de Preparación para una Pandemia de Influenza, el ahora ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, vaticinada una pandemia de influenza que en un período de meses podía cobrarse la vida de 2 a 7 millones de personas alrededor del mundo. Casualmente, en el año 2009, cuatro años después de las predicciones del Dr. Salas, se ensayó la pandemia de la gripe A (H1N1), que en cuestión de un año se sumó un estimado de 150 mil a 700 mil muertes.

El doctor Daniel Salas ha laborado en la esfera pública prácticamente desde que se graduó como médico, y además de coordinador de la Comisión Nacional de Preparación para una Pandemia de Influenza ha ejercido cargos afines como coordinador de Vigilancia de enfermedades no transmisibles, coordinador del Programa Ampliado de Inmunizaciones y Secretario Técnico de la Comisión Nacional de Vacunación. En resumen, lo vienen amaestrando desde siempre en el arte del bioterrorismo, y casualmente lo nombraron ministro de Salud en el gobierno de la plandemia del covid.

En el artículo “¿Influenza aviar o influenza pandémica?” publicado en la colección Acta pediátrica costarricense, vol.19, No.2, enero del 2005, el ministro Salas ya advertía que se avecinaba una pandemia, y sabía además que el nuevo “virus pandémico” se transmitiría “fácilmente por gotitas de saliva en estornudos, tos u objetos contaminados”. O sea: amaestrado y medio.

Manifestó, además, en su condición de coordinador de la Comisión Nacional de Preparación para una Pandemia de Influenza, que “En Costa Rica, ya existen planes generales y específicos destinados a la preparación en caso de la Pandemia de Influenza, pero aún falta ajustarlos, ponerlos a prueba y aumentar el nivel de compromiso intersectorial para tratar de disminuir el impacto que produciría un fenómeno de esta magnitud.”

No obstante, 15 años después, visto lo ocurrido desde que se declaró la plandemia del coronavirus, no cabe duda que, preparativos, ninguno, sino que el coordinador de pandemias para Costa Rica no tenía más plan que prestarse a dirigir la misma campaña de terror, tortura infantil, violación de derechos y muerte iatrogénica que se está llevando a cabo en muchos otros países.